José Revueltas: los errores y los aciertos
Título: José Revueltas: los errores y los aciertos
Autor: Sonia Peña. Compiladora
Editorial: Fondo de Cultura Económica
N° de págs.: 275
Idioma: Español
Referencias del autor
Sonia Adriana Peña
Enciclopedia de la literatura en México ELEM (FLM)
Fundación para las Letras Mexicanas FLM
29 ago 2017
Nació en la provincia de San Juan, Argentina, en 1970. Cursó la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (Trelew, Chubut, Argentina); la Maestría en Letras Mexicanas y el Doctorado en Letras, ambos como becaria en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2010 hizo una estancia posdoctoral, también becada, en el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México en Yucatán.
Se ha desempeñado como profesora de educación media superior y superior tanto en Argentina como en México (en 2009 fue profesora-investigadora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez). Sus líneas de investigación han sido la literatura de México y Latinoamérica (Juan Rulfo, José Revueltas, Pedro Orgambide, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar).
Ha colaborado con la revista argentina La oveja negra, y con el suplemento cultural La Jornada Semanal, del diario mexicano La Jornada.
En 2013 ganó el Premio Nacional Bellas Artes José Revueltas, por su ensayo Roberto Arlt/José Revueltas: una estética de lo marginal; y participó como coordinadora del libro-homenaje José Revueltas: los errores y los aciertos, editado por el Fondo de Cultura Económica (2014), en el marco de las celebraciones por el centenario del autor mexicano.
Reportaje a Sonia Peña. 14/08/2016
Por Sergio Pravaz (www.diariojornada.com.ar)
“Mi gran sueño es estar junto a mi madre”
Es de Trelew y hace catorce años que vive en México. Su educación secundaria comenzó a los veinte años en el Bachillerato Acelerado Modalizado para Adultos. Luego egresó como Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco. Una beca la llevó directamente al prestigioso Colegio de México. Allí ganó un premio nacional de ensayo que asombró a la élite de la academia de ese país y hoy es reconocida como un par por las estrellas de la investigación literaria. Escribe para La Jornada y El Universal, dos de los diarios más prestigiosos e importantes de México y trabaja para una escritora de talla mundial como es Elena Poniatowska. Publica regularmente sus trabajos en revistas especializadas, tanto del país azteca, como de Argentina, Brasil, Cuba, Colombia y Estados Unidos. Se llama Sonia Peña, es doctora en Letras Mexicanas por la Universidad Nacional Autónoma de México, dialogó en exclusiva con diario Jornada y dijo lo siguiente:
-¿Cómo llegás a la ciudad de México?
-Fue en el año 2002; gané una beca para el Colegio de México, para hacer una maestría. Había terminado la Licenciatura en Letras con una tesis sobre el libro “Pedro Páramo”, en la Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco. Al concluir mis estudios, envié mi tesis y gané la beca. Luego de concluir con mi maestría, me fui a la UNAM y ahí pedí una beca para hacer mi doctorado en la misma Universidad Nacional Autónoma de México.
-Hace catorce años que estás llevando a cabo una carrera académica en México...
-Sí, ya hace catorce años; el doctorado lo terminé en el año 2008 y después he trabajado en algunas universidades, como por ejemplo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez; tuve allí un cargo de profesor investigador, pero por la época de extrema violencia que se vivía en la frontera, ya no me quedé, renuncié. Después comencé a trabajar con Elena Poniatowska, recién llegada de Juárez en el 2010. Me vinculé con ella porque le hice una entrevista para una revista de Trelew que se llamaba “La oveja negra” y así nos conocimos. Yo andaba buscando trabajo, estaba recién llegada de Ciudad Juárez y le dejé mis datos, por las dudas y como a la semana me llamó para decirme que necesitaba alguien para investigación. Desde 2010, prácticamente estoy con ella sin interrupciones.
-Contáme cuál es tu trabajo específico para una escritora de talla internacional como Poniatowska.
-Con Elena hago las cosas que ella a veces no puede hacer, como ir a archivos, ir a bibliotecas, a veces hemos ido a hacer entrevistas juntas para algún libro, también me confía... tiene la generosidad de confiarme los manuscritos para correcciones, observaciones. Ese es el trabajo que hago para ella, básicamente investigación, que es lo que a mí me interesa. Por ejemplo, para la biografía que escribió de su marido -uno de los astrónomos más importantes de México- “El universo o nada”, ella me confió el archivo, necesitaba cartas, información personal y yo hice el criterio de selección; esa fue mi responsabilidad.
-¿Cuáles son tus lecturas preferidas?
-Mis lecturas están dirigidas a trabajos de investigación, ensayos, todo lo que se está escribiendo últimamente sobre escritores mexicanos, que es la especialidad que yo elegí, la literatura mexicana. Básicamente leo ensayos y novelas. Debo saber qué es lo que se está publicando porque también escribo reseñas de libros para dos periódicos, La Jornada y El Universal. Allí me dan libros para que haga reseñas, o si aparecen novelas nuevas, escribo trabajos de crítica.
-De modo que también ejercés el periodismo en dos de los diarios más importantes de México.
-Sí, tengo un espacio abierto en ambos medios de prensa.
-Si mirás a esa persona que hace catorce años juntó sus cosas en Trelew y puso su rumbo hacia México, y volvés la mirada sobre esta otra Sonia Peña, que lleva adelante una brillante carrera académica, ¿qué pensás y a quién ves?
-Miro hacia atrás y veo a alguien con muchos sueños y ansias de superarse y a la vez, creo que no me lo hubiera imaginado nunca; por ejemplo, el contacto con Elena Poniatowska… nunca me propuse ir a verla, como hay gente que le toca la puerta y le trae un escrito, surgió así, por la revista, La oveja negra es una revista que surgió en Trelew y a la que le debo mucho, imaginate, conocer a Elena gracias a esa revista, que la hicimos con alumnos de secundaria, (del BAMA, cuando yo después de pasar por sus aulas como alumna, regresé como profesora) después la siguió mi hermana y luego, por falta de recursos, ya se dejó de hacer. Pero no me imaginé nunca esto porque fue en el 2002, salíamos de la crisis del 2001, estaba el país…
-… quebrado.
-... sí, eso, de modo que menos pensaba en poder pagarme una maestría. El hecho que surgiera una beca fue algo así como… providencial. Entonces yo pienso que hay un abismo entre esa Sonia y la actual; un gran abismo que implica haber crecido intelectualmente, personalmente, en lo profesional… es como un salto de catorce años, pero que siento que es demasiado para medir en tiempo.
-¿Con qué sueña hoy Sonia Peña?
-Mi gran sueño es estar junto a mi madre que ya tiene 87 años, no sé si lo cumpliré o no, ya veremos cómo, pero ese es mi gran sueño. El otro sueño es concluir con un trabajo sobre un gran escritor argentino que se exilió en México y se llama Pedro Orgambide, de quien se ha escrito poco y es extraordinario. Estoy rastreando su trabajo periodístico durante su estancia aquí.
-¿Cuáles son tus modelos en el mundo de la investigación, la gente a la que admirás, la que te haformado o influido a la hora de trabajar?
-Bueno, mirá, una persona que me ha influido mucho fue el maestro Virgilio Zampini, su manera de investigar, su modo de encarar la docencia, su calidad humana; es mi modelo a seguir porque su manera de hacerte amar la literatura es verdaderamente insuperable. Otra persona que ha influido en mí fue María Eugenia Correas, que fue mi primer referente en cuanto a investigación; a ella le debo las correcciones de mi primera tesis gracias a la cual obtuve la beca en México. También admiro a la historiadora María Inés Muelas, excelente docente y académica. De los críticos mexicanos admiro a Christopher Domínguez Michael y a Jorge Ruffinelli, también a Alberto Vital y Sergio López Mena, Edith Negrin, Philippe Cheron, Álvaro Ruiz Abreu, Evodio Escalante y un joven muy bueno, José Manuel Mateo.
-¿Qué significó para vos el Premio Nacional de Ensayo, José Revueltas, que obtuviste en el año 2013?
-Significó que me conociera gente que de otro modo no me iba a conocer. A partir del premio se me prestó atención. No era solamente la enamorada de la literatura de Revueltas sino que podía hacer un análisis crítico profundo. Ahora estoy vinculada con la mayoría de esos estudiosos. Los críticos mayores, que son los que han trabajo toda su vida sobre Revueltas, me tratan como igual.
-Los que otorgan las absoluciones y los castigos…
-Sí, jajaja, hoy me tratan como colega y me consultan cosas y todo eso fue para mí entrar a ese mundo, antes, inimaginable. Los libros que publiqué llevan sus prólogos, uno de Ruffinelli, que fue el primero en ocuparse de Revueltas y es una autoridad continental. Otro libro que coordiné editado por el Fondo de Cultura Económica lleva prólogo de Philippe Cheron, yerno de Revueltas y editor junto a su hija de sus obras completas. El último que acaba de salir que es parte de mi tesis de doctorado tiene prólogo de Álvaro Ruiz Abreu, biógrafo de Revueltas y una de las voces más autorizadas sobre su obra. Otro libro que lleva un ensayo mío está prologado por Edith Negrín, quien junto a Ruffinelli es ganadora del premio que yo gané y una gran investigadora de la UNAM.
-¿De qué trata el texto con el que ganaste ese premio tan importante?
-Ese libro, editado en Durango que es la ciudad de Revueltas, se llama “Roberto Arlt, José Revueltas, una estética de lo marginal”; es una comparación entre la vida y la obra de los dos escritores porque tienen muchas semejanzas; en la vida ambos fueron periodistas, se ocuparon de escribir sobre marginales, a los dos les decían que no sabían escribir, ambos tenían simpatías, Revueltas con el comunismo y Arlt con el anarquismo, en su literatura hay muchos personajes deformes, marginales, muchas prostitutas. Fue un análisis comparativo muy profundo el que emprendí. Debo aclarar que aquí Revueltas es un escritor marginado, no sé si por su postura política era un comunista bastante crítico- o porque su literatura no se comprendió o analizó basándose solo en su ideología. Pero me apasionó su vida y obra y por eso me ocupé de él desde la tesis de doctorado porque creo que se ha estudiado superficialmente y es un autor que vale mucho la pena, tanto que todavía quedan cosas por hacer.
Fuente: www.diariojornada.com.ar