Un cinéfilo en el Vaticano
Título: Un cinéfilo en el Vaticano
Autor: Román Gubern
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433916365
Número de Páginas: 144
Comentario del libro
La curiosa historia de la Filmoteca del Vaticano y la elaboración de las listas de mejores películas para el centenario del cine. En 1990, durante un congreso cinematográfico en La Habana, Román Gubern conoció a un sacerdote catalán llamado Enrique Planas que resultó ser el dirigente de una institución que desconocía: la Filmoteca Vaticana. Cuando Gubern se instaló en Roma como director del Instituto Cervantes, el sacerdote catalán lo contactó y le propuso participar en las preparaciones vaticanas para celebrar el centenario del cine. Esta propuesta le permitió indagar en la Filmoteca Vaticana, su colección de películas religiosas y las leyendas en torno a otro tipo de materiales; elaborar una propuesta de lista de mejores películas con valores ejemplares (en el libro hay tres listas vaticanas oficiales, donde las películas se clasifican según sus valores religiosos, sociales y humanos y artísticos) y participar en la designación del santo patrono del cine. Después de años de silencio, Román Gubern vuelve al ruedo, un gran acontecimiento, con Un cinéfilo en el Vaticano. Como sabéis, Román es uno de los Sabios de nuestro país, con S muy mayúscula, en muchos registros, como saben tantos estudiosos y también numerosos alumnos y alumnas que lo adoran y que lo califican de profesor inolvidable, que siguieron sus clases, a menudo divertidas, y algo teatrales, con gran devoción. También ha publicado más de 40 libros de referencia indiscutible. En Anagrama hemos publicado 10, entre ellos la inmortal Historia del cine que rescatamos hace cinco años y desde entonces se reedita anualmente, un clásico de hoja perenne. Entre ellos, y como curiosidad, figuran tres encargos. El primero fue hace muchos años, en los primerísimos setenta, y nació tras una larga conversación en la barra de Bocaccio entre Román, Octavi Pellissa, un amigo común, y yo sobre los cineastas progresista americanos perseguidos y acosados por el macartismo. Cuando acabó la perorata le dije: ¡Román, pero si lo sabes todo! ¿Por qué no escribes un Cuaderno? Así lo hizo, y se lo publicamos en nuestros recién fundados «Cuadernos Anagrama» en 1971: McCarthy contra Hollywood: la caza de brujas, un excelente texto que, ampliado, sigue en nuestro catálogo, casi cincuenta años después, en la colección «Crónicas». El siguiente fue a raíz de nuestra participación en la conmemoración de los de los 75 años del Fondo de Cultura Económica. Su ponencia me gustó mucho, le pedí que la ampliase y se convirtió en Metamorfosis de la lectura en nuestra colección «Argumentos». Luego, hace unos pocos meses, mientras estábamos comiendo con Lali, Román se lamentó de que tenía muchas notas sobre su exótica experiencia cinéfila en el Vaticano y, como habrán adivinado, le dije que las pasara a limpio, las ordenara y las convirtiera en un futuro Cuaderno. En los tres casos, Román, trabajador incansable y eficaz, nos envió los textos en la editorial en una semana. Y también en los tres casos, cuando Teresa Ariño, nuestra responsable de edición, le enviaba las pruebas corregidas, Román las devolvía revisadas a los dos días, máximo tres. En este Cuaderno nos desvela temas insospechados acerca del Vaticano y su interés por el cine, y también algunos de los encontronazos que tuvo Román, el único laico entre los estudiosos. Unas curiosas experiencias de primera mano. Quisiera añadir una cosa: debido a las temáticas de muchos de sus libros, Román está obligado, naturalmente, a utilizar una prosa más bien académica, aunque sin descuidar la amenidad. Pero en sus extraordinarias memorias Viaje de ida, publicadas hace unos cuantos años, nos sorprendió con una prosa ágil, con abundantes destellos de un humor afilado y socarrón, incluso en ocasiones elegantemente mordaz. Es decir, como la propia habla de Román cuando está en una compañía en la que se siente a gusto. Una prosa bien presente en Un cinéfilo en el Vaticano, una singular obra maestra. Enhorabuena de nuevo, Román, ahora por este pequeño gran libro. Jorge Herralde Rueda de prensa de Un cinéfilo en el Vaticano Hotel Condes de Barcelona, viernes 17 de enero de 2020 Román Gubern (Barcelona, 1934) ha trabajado como investigador invitado en el Massachusetts Institute of Technology y ha sido profesor de Historia del Cine en el California Institute of Technology (Pasadena), la University of Southern California (Los Ángeles), la Venice International University (Italia) y la Universidad Autónoma de Barcelona hasta su jubilación. Especializado en estudios sobre cultura de la imagen y comunicación audiovisual, su actividad lectiva ha proliferado en centros tan diversos como las universidades de Harvard, Yale o la Sorbona, el Museum of Modern Art de Nueva York o la Bienal de Venecia, de la que fue jurado en 1986. Entre sus más de cuarenta libros publicados figuran Godard polémico (1969), El lenguaje de los cómics (1972), Mensajes icónicos en la cultura de masas (1974), El cine español en el exilio (1976), El simio informatizado (1987, Premio Fundesco), La mirada opulenta (1987), La caza de brujas en Hollywood (1987), Del bisonte a la realidad virtual (1996), Viaje de ida (1997), Proyector de luna (1999), Máscaras de la ficción (2002), Patologías de la imagen (2004, Premio Ciudad de Barcelona), La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas (2005), Metamorfosis de la lectura (2010) los ocho últimos publicados por Editorial Anagrama y Cultura audiovisual (2013).
Autor: Román Gubern
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433916365
Número de Páginas: 144
Comentario del libro
La curiosa historia de la Filmoteca del Vaticano y la elaboración de las listas de mejores películas para el centenario del cine. En 1990, durante un congreso cinematográfico en La Habana, Román Gubern conoció a un sacerdote catalán llamado Enrique Planas que resultó ser el dirigente de una institución que desconocía: la Filmoteca Vaticana. Cuando Gubern se instaló en Roma como director del Instituto Cervantes, el sacerdote catalán lo contactó y le propuso participar en las preparaciones vaticanas para celebrar el centenario del cine. Esta propuesta le permitió indagar en la Filmoteca Vaticana, su colección de películas religiosas y las leyendas en torno a otro tipo de materiales; elaborar una propuesta de lista de mejores películas con valores ejemplares (en el libro hay tres listas vaticanas oficiales, donde las películas se clasifican según sus valores religiosos, sociales y humanos y artísticos) y participar en la designación del santo patrono del cine. Después de años de silencio, Román Gubern vuelve al ruedo, un gran acontecimiento, con Un cinéfilo en el Vaticano. Como sabéis, Román es uno de los Sabios de nuestro país, con S muy mayúscula, en muchos registros, como saben tantos estudiosos y también numerosos alumnos y alumnas que lo adoran y que lo califican de profesor inolvidable, que siguieron sus clases, a menudo divertidas, y algo teatrales, con gran devoción. También ha publicado más de 40 libros de referencia indiscutible. En Anagrama hemos publicado 10, entre ellos la inmortal Historia del cine que rescatamos hace cinco años y desde entonces se reedita anualmente, un clásico de hoja perenne. Entre ellos, y como curiosidad, figuran tres encargos. El primero fue hace muchos años, en los primerísimos setenta, y nació tras una larga conversación en la barra de Bocaccio entre Román, Octavi Pellissa, un amigo común, y yo sobre los cineastas progresista americanos perseguidos y acosados por el macartismo. Cuando acabó la perorata le dije: ¡Román, pero si lo sabes todo! ¿Por qué no escribes un Cuaderno? Así lo hizo, y se lo publicamos en nuestros recién fundados «Cuadernos Anagrama» en 1971: McCarthy contra Hollywood: la caza de brujas, un excelente texto que, ampliado, sigue en nuestro catálogo, casi cincuenta años después, en la colección «Crónicas». El siguiente fue a raíz de nuestra participación en la conmemoración de los de los 75 años del Fondo de Cultura Económica. Su ponencia me gustó mucho, le pedí que la ampliase y se convirtió en Metamorfosis de la lectura en nuestra colección «Argumentos». Luego, hace unos pocos meses, mientras estábamos comiendo con Lali, Román se lamentó de que tenía muchas notas sobre su exótica experiencia cinéfila en el Vaticano y, como habrán adivinado, le dije que las pasara a limpio, las ordenara y las convirtiera en un futuro Cuaderno. En los tres casos, Román, trabajador incansable y eficaz, nos envió los textos en la editorial en una semana. Y también en los tres casos, cuando Teresa Ariño, nuestra responsable de edición, le enviaba las pruebas corregidas, Román las devolvía revisadas a los dos días, máximo tres. En este Cuaderno nos desvela temas insospechados acerca del Vaticano y su interés por el cine, y también algunos de los encontronazos que tuvo Román, el único laico entre los estudiosos. Unas curiosas experiencias de primera mano. Quisiera añadir una cosa: debido a las temáticas de muchos de sus libros, Román está obligado, naturalmente, a utilizar una prosa más bien académica, aunque sin descuidar la amenidad. Pero en sus extraordinarias memorias Viaje de ida, publicadas hace unos cuantos años, nos sorprendió con una prosa ágil, con abundantes destellos de un humor afilado y socarrón, incluso en ocasiones elegantemente mordaz. Es decir, como la propia habla de Román cuando está en una compañía en la que se siente a gusto. Una prosa bien presente en Un cinéfilo en el Vaticano, una singular obra maestra. Enhorabuena de nuevo, Román, ahora por este pequeño gran libro. Jorge Herralde Rueda de prensa de Un cinéfilo en el Vaticano Hotel Condes de Barcelona, viernes 17 de enero de 2020 Román Gubern (Barcelona, 1934) ha trabajado como investigador invitado en el Massachusetts Institute of Technology y ha sido profesor de Historia del Cine en el California Institute of Technology (Pasadena), la University of Southern California (Los Ángeles), la Venice International University (Italia) y la Universidad Autónoma de Barcelona hasta su jubilación. Especializado en estudios sobre cultura de la imagen y comunicación audiovisual, su actividad lectiva ha proliferado en centros tan diversos como las universidades de Harvard, Yale o la Sorbona, el Museum of Modern Art de Nueva York o la Bienal de Venecia, de la que fue jurado en 1986. Entre sus más de cuarenta libros publicados figuran Godard polémico (1969), El lenguaje de los cómics (1972), Mensajes icónicos en la cultura de masas (1974), El cine español en el exilio (1976), El simio informatizado (1987, Premio Fundesco), La mirada opulenta (1987), La caza de brujas en Hollywood (1987), Del bisonte a la realidad virtual (1996), Viaje de ida (1997), Proyector de luna (1999), Máscaras de la ficción (2002), Patologías de la imagen (2004, Premio Ciudad de Barcelona), La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas (2005), Metamorfosis de la lectura (2010) los ocho últimos publicados por Editorial Anagrama y Cultura audiovisual (2013).